{"id":6741,"date":"2017-06-09T14:26:10","date_gmt":"2017-06-09T17:26:10","guid":{"rendered":"http:\/\/www.natangesang.edu.ar\/?p=6741"},"modified":"2017-06-09T14:26:10","modified_gmt":"2017-06-09T17:26:10","slug":"parashat-behaalotja","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/www.natangesang.edu.ar\/parashat-behaalotja\/","title":{"rendered":"Parashat Behaalotja"},"content":{"rendered":"

Contagiando la Pasi\u00f3n<\/p>\n

De alguna u otra forma, todos somos educadores.
\nEst\u00e1 quien forma alumnos o est\u00e1 quien cr\u00eda hijos (que es bastante parecido, al menos de acuerdo al Talmud). Pero educar es del mismo modo apasionante: quien educa se emociona ante cada nuevo paso y al observar que va dejando una huella en el otro.<\/p>\n

Ahora…la pregunta es c\u00f3mo se educa. Un padre puede pegarle a su hijo cada vez que este mete la mano en el enchufe. Pero si no le explica lo mucho que lo quiere y el da\u00f1o que podr\u00eda causarle esa conducta, va a lograr que ese chico vuelva a su rutina ni bien su padre se vaya.
\nTodos tuvimos alguna vez una profesora de historia que nos asustaba con lecciones orales, malas notas y ex\u00e1menes sorpresa. Sin embargo, s\u00f3lo recordaremos con cari\u00f1o a aquellos maestros que viv\u00edan su tarea con pasi\u00f3n, ingresaban a clase con una sonrisa y entend\u00edan que nuestros tropiezos eran una nueva oportunidad para ense\u00f1ar en lugar de una nueva oportunidad para castigar.
\nParashat BeHaalotj\u00e1 habla acerca del encendido del candelabro que d\u00eda a d\u00eda ard\u00eda en el Tabern\u00e1culo.<\/p>\n

El candelabro, en la tradici\u00f3n talm\u00fadica, simboliza a la sabidur\u00eda en general y a la Tor\u00e1 en particular y sus llamas representan la pasi\u00f3n por el estudio y la continuidad de nuestra tradici\u00f3n.
\nPero existen dos formas de encender una vela. La una es tocar la mecha con la llama. A la mecha no le quedar\u00e1 otra que arder…
\nPero la otra es ubicando la llama en la proximidad de la mecha. La mecha comenzar\u00e1 a levantar temperatura hasta que en un determinado momento arder\u00e1 por s\u00ed sola.<\/p>\n

De la misma forma ocurre con nosotros. Podremos obligar a nuestros chicos a ser jud\u00edos. Podremos enviarlos a una escuela jud\u00eda y a ‘hacer’ el Bar Mitzv\u00e1. Podremos sermonearlos a diario acerca de la religi\u00f3n de su futura pareja. Podremos hablarles del Goldene Keit y de la importancia de sumarse a esa cadena milenaria de transmisi\u00f3n.
\nNuestros hijos podr\u00e1n arder por la fuerza, sin embargo no sabemos si su llama tendr\u00e1 la fuerza necesaria para seguir encendiendo velas.
\nSin embargo, cuando ese joven se enciende al sentir el calor del ejemplo la cosa cambia. All\u00ed no fue el fuego -a menudo destructor- quien encendi\u00f3, sino que fue el calor…Y quien ardi\u00f3 a partir del calor, tambi\u00e9n tendr\u00e1 calor para transmitir. Porque la pasi\u00f3n no se impone…se contagia.<\/p>\n

Shabat Shalom u Mevoraj
\nRab Gustavo Surazski<\/p>\n<\/div>

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