{"id":5323,"date":"2017-03-16T12:22:43","date_gmt":"2017-03-16T15:22:43","guid":{"rendered":"http:\/\/www.natangesang.edu.ar\/?p=5323"},"modified":"2017-03-16T12:22:43","modified_gmt":"2017-03-16T15:22:43","slug":"25-aniversario-del-atentado-a-la-embajada-de-israel","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/www.natangesang.edu.ar\/25-aniversario-del-atentado-a-la-embajada-de-israel\/","title":{"rendered":"25\u00b0 Aniversario del Atentado a la Embajada de Israel"},"content":{"rendered":"
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Todos somos jud\u00edos,<\/h2>\n

por Mario Diament<\/p>\n

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Las bombas tienen siempre un lenguaje com\u00fan, no importa de d\u00f3nde vengan. Son como un mon\u00f3logo prepotente, un discurso inapelable que termina invariablemente en la palabra muerte.<\/p>\n

Las bombas hablan el mismo lenguaje en Belfast y en el Pa\u00eds Vasco, en un restaurante parisino y en una calle de Beirut; en un poblado peruano y en una aldea armenia. Cuando estallan, borran la geograf\u00eda natural e instalan en su lugar una escenograf\u00eda propia, un decorado angustioso de hierros retorcidos, escombros y sangre.<\/p>\n

Mi memoria est\u00e1 repleta de estas postales de horror. Despu\u00e9s de todo, nac\u00ed en 1942, cuando el mundo era una persistente imagen de espanto. Mi generaci\u00f3n creci\u00f3 tratando de comprender el sentido de palabras como Auschwitz e Hiroshima, de monta\u00f1as de cad\u00e1veres raqu\u00edticos y seres quemados por la radiaci\u00f3n, y abrac\u00e9 con desesperaci\u00f3n el humanismo tratando de hallar un rayo de cordura entre tanta demencia.<\/p>\n

Ser jud\u00edo en la Argentina no ha sido tarea f\u00e1cil. No era sencillo adivinar qu\u00e9 cosa nos hac\u00eda diferentes del resto de los hijos de inmigrantes en una sociedad que aspiraba a forjar un hombre nuevo del crisol de razas. Pero las diferencias se dibujaban cada tanto, cuando uno comprend\u00eda que hab\u00eda gente en la Argentina que cre\u00eda cumplir alguna misi\u00f3n divina difundiendo el odio hacia los jud\u00edos.<\/p>\n

A esta altura de la historia, cuando despunta el siglo XXI y el imperio sovi\u00e9tico se ha desplomado, cuando en la Argentina hemos visto pasar el infantilismo nacionalista de los Tacuara de la d\u00e9cada del cincuenta; el fascismo de los gobiernos militares de la d\u00e9cada del sesenta; y la pesadilla horrenda de las c\u00e1rceles del Proceso en la d\u00e9cada del setenta, uno no puede evitar sentir cierta fatiga ante la estupidez irremediable del antisemitismo.<\/p>\n

Ya no vale ensayar explicaciones ni invocar textos papales tratando de mitigar el odio de los que odian. No queda paciencia para sonre\u00edr resignadamente ante el comentario absurdo o aberrante cargado de prejuicios, ni tolerancia alguna para la\u00a0gigantesca imbecilidad de los que creen que los jud\u00edos son de alguna manera mejores o peores que el resto de la especie.<\/p>\n

Los ignorantes deber\u00edan alguna vez tener el coraje de asumir su profunda frustraci\u00f3n y dejar de llamar aristocracia al resentimiento. Deber\u00edan hacer una profesi\u00f3n de fe y admitir en alguna ceremonia no demasiado complicada que se han pasado la vida endilg\u00e1ndole a negros, jud\u00edos, provincianos, coreanos o comunistas su propia e irreparable mediocridad. Porque escuchar a esta altura de las cosas a alguien culpar a los jud\u00edos como grupo de cualquier satrap\u00eda s\u00f3lo sirve como s\u00edntoma de cu\u00e1n enfermos estamos como sociedad.<\/p>\n

Por eso, ayer por la tarde, cuando uno confrontaba las primeras im\u00e1genes del atentado a la\u00a0Embajada\u00a0de Israel, pod\u00eda sentir esa mezcla de horror y cansancio que se siente ante todo acto de violencia in\u00fatil.<\/p>\n

Toda muerte deja invariablemente una lecci\u00f3n, pero esta vez admito que la \u00fanica que me ha sido posible adivinar entre el escalofr\u00edo punzante de escombros y dolor, es que tal vez haya llegado por fin el momento en que el antisemitismo deje de ser un problema jud\u00edo y se convierta en el problema de toda la sociedad argentina.<\/p>\n

Ayer, la sangre de jud\u00edos y no jud\u00edos se mezcl\u00f3 con la misma espantosa gratuidad por efecto de la infamia terrorista. La carne se desgarr\u00f3 en unos y en otros sin detenerse a diferenciar entre los credos. Los heridos, los golpeados, los atrapados en el derrumbe sintieron la misma cuota de terror y p\u00e1nico.<\/p>\n

Ayer no s\u00f3lo se vol\u00f3 el edificio de la\u00a0Embajada\u00a0de Israel. Se vol\u00f3 un pedazo de nuestra ciudad y de nuestra dignidad. Se lastim\u00f3 y se mat\u00f3 a nuestra gente. Ayer, nos guste o no nos guste, todos fuimos jud\u00edos.<\/p>\n

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Publicado el 18 de marzo de 1992 en el diario “El Cronista Comercial”.<\/p>\n

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