{"id":14500,"date":"2020-06-10T23:10:06","date_gmt":"2020-06-11T02:10:06","guid":{"rendered":"http:\/\/www.natangesang.edu.ar\/?p=14500"},"modified":"2020-06-10T23:10:06","modified_gmt":"2020-06-11T02:10:06","slug":"naso-2","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/www.natangesang.edu.ar\/naso-2\/","title":{"rendered":"Parashat Behaalotj\u00e1"},"content":{"rendered":"

Parashat Behaalotj\u00e1 – Rabino Rami Pavolotzky<\/b><\/h3>\n

En la parasha de esta semana, Behaalotj\u00e1, aparecen dos relatos que a primera vista son contradictorios. Por un lado tenemos la descripci\u00f3n de c\u00f3mo D”s se revelaba a todo el pueblo en el desierto, dejando manifestar su presencia en el Mishkan, el Tabern\u00e1culo. De d\u00eda se aparec\u00eda como una “columna de nube”, mientras que por la noche lo hac\u00eda como una “visi\u00f3n de fuego”. Esta imagen muestra c\u00f3mo la presencia divina acompa\u00f1aba al pueblo de Israel constantemente, como una madre lo hace con su peque\u00f1o hijo.<\/span><\/p>\n

Por otro lado, aparece el famoso relato de kivrot ha-taav\u00e1, literalmente “las tumbas del deseo”. Es un episodio amargo y delicado: el pueblo en el desierto exige airadamente a Mosh\u00e1 que le entregue carne, ya que quer\u00edan comer como lo hac\u00edan en Egipto, cuando eran esclavos. Mosh\u00e1 cae presa de una mezcla de furor y depresi\u00f3n, y hasta llega a pedir a D”s que lo deje morir, dado que \u00e9l no es capaz de cumplir con la tarea que le fue encomendada: guiar a un pueblo ingrato y rebelde.<\/span><\/p>\n

Dec\u00eda al principio que estos dos relatos son aparentemente contradictorios. El pueblo que es testigo privilegiado del milagro cotidiano de la presencia visible de D”s en la tierra, es el mismo pueblo que se harta de la comida del desierto, desprecia su incipiente libertad, y pide volver a la esclavitud y el polite\u00edsmo egipcios para comer mejor. Nos preguntamos entonces: \u00bfc\u00f3mo puede alguien que ve un milagro olvidarlo tan r\u00e1pidamente? \u00bfde qu\u00e9 vale un milagro si hasta las ganas de comer carne lo eclipsan?<\/span><\/p>\n

Al parecer, el pueblo que vio los mayores y m\u00e1s numerosos milagros, simplemente no pudo mantener su fe, no puedo creer. La generaci\u00f3n que vio con sus propios ojos los milagros m\u00e1s sublimes, perdi\u00f3 r\u00e1pidamente su fe en D”s. Pero por otro lado, conocemos decenas de generaciones posteriores que vivieron d\u00edas aciagos, vidas signadas por el odio, la persecuci\u00f3n y el hambre, y que sin embargo fueron gigantes en su fe.<\/span><\/p>\n

De esta dram\u00e1tica parad\u00f3jica, el pensador contempor\u00e1neo Ieshaiahu Leibowitz deriva una gran lecci\u00f3n. La fe no depende de los milagros, pues nuestra voluntad de seguir viviendo no tiene que ver con ellos. Desde el punto de vista religioso, afirma Leibowitz, los milagros no tienen ninguna relevancia. La fe no es un elemento que viene de afuera hacia adentro del hombre, sino que s\u00f3lo puede crecer y fructificar cuando nace del interior mismo del ser humano.<\/span><\/p>\n

Hay una conocida costumbre en el rezo, que consiste en taparse los ojos al recitar el Shema Israel. Justamente cuando declaramos nuestra fe en D”s como jud\u00edos, tenemos los ojos cerrados, como diciendo que nuestra confianza en D”s no depende de ninguna visi\u00f3n, sino que m\u00e1s bien tiene que ver con mirarnos hacia adentro, en lo m\u00e1s hondo de nuestro ser. La fe sana no tiene que ver con milagros, sino con la voluntad del hombre de vivir su vida de una manera diferente, reconociendo que no es \u00e9l el due\u00f1o de todo lo que hay a su alrededor, sometiendo su libre voluntad a un sistema de conductas y costumbres.<\/span><\/p>\n

Quiz\u00e1s deber\u00edamos dejar de esperar por milagros y ponernos a actuar, con sinceridad y coraz\u00f3n puro. Est\u00e1 visto que los milagros no pueden cambiar nuestra fe, mas nuestra fe s\u00ed puede cambiar el mundo. Ser\u00e1 cuesti\u00f3n de probar.<\/span><\/p>\n

Shabat Shalom!<\/strong><\/p>\n<\/div>

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