Parashat Vaietze

11 noviembre, 2021

¿Cuántos de nosotros hemos escuchado gente decir “No quiero tener hijos”? Lo más probable es que todos los que tenemos edad para esa clase de conversaciones lo hemos escuchado alguna vez. Algunos lo hemos escuchado más de una vez.

Lejos de mí está la idea de decirle a nadie qué debe hacer con su vida, cuántos hijos tener o cómo llevar su vida familiar. En lo personal, estoy profundamente convencido de que cada quien construye su familia según sus propias capacidades de mantenerla, de llevarla adelante, sabiendo cuales son sus circunstancias y que se debe o no se debe hacer. Sin embargo, hay un tema en esta parashá que para aquellos que hemos escuchado ese “no quiero tener hijos”, resuena con fuerza.

Vayetzé nos presenta, entre diversos temas, la triste situación en que dos hermanas casadas con el mismo hombre, entran en una situación de rivalidad: una por ser la amada pero infértil, la otra por ser la fértil pero despreciada. Es en este contexto que Rajel demanda a Yaakov  “Dame hijos o moriré”, de donde Rashi lo explica a partir  del midrash como “aquel que no tiene hijos puede ser considerado como muerto”. ¿Cuántos casos conocemos de padres que hacen lo imposible por tener hijos? ¡Cuánto han cambiado los tiempos que vivimos! Solemos hablar de la moralidad de Occidente y su amor por la vida, y sin embargo, pareciera ser que nuestra cultura occidental suele despreciarla cada vez más para convertirse en una cultura más bien de la muerte. ¿Acaso nos hemos vuelto tan egoístas que amamos la vida sólo en tanto posibilidad de vivir el aquí y ahora como yo lo deseo? ¿No nos estaremos privando solos de la posibilidad de contribuir a algo más grande que nosotros mismos? ¿Acaso nuestra sociedad está despreciando aquel bien que Rajel tan vehementemente clamaba?

Una vez más, no pretendo inmiscuirme en decisiones de otras personas. Y tampoco pretendo tener la respuesta a esta cuestión. Mi interés es solamente que no seamos indiferentes a nuestra matriarca Rajel y su doloroso y desgarrador clamor por contribuir a la preservación de Am Israel, por dar vida a algo más grande que ella misma y que trasciende no solo a la muerte, sino que también a la vida misma de generación en generación.

Shabat Shalom Umeboraj

Daniel Aarón Cuper S.

Seminarista Bet Jai