Resumen Parashat Reé

28 agosto, 2019

Parashat Reé – Sem. Deborah Rosenberg

Llama la atención que tengamos una parashá que se llame Reé (“Mira”) y no tengamos una que se llame Shmá (“Oye”). En la lectura de Torá de esta semana, estas dos acciones sensoriales se presentan a lo largo del texto para darle significatividad e intención al cumplimiento de las mitzvot.

Desde el inicio, en un versículo sumamente breve, se resume el destino posible de la existencia de cada uno de nosotros: “Mira, Yo Doy ante ustedes hoy la bendición y la maldición” (Devarim 11:26) .Se señala luego de qué modo llegamos a uno y otro de los caminos: “La bendición, si oyen las mitzvot….” (11:27); “la maldición, si no oyen las mitzvot…” (11:28).

¿Cómo se unen el “mirar” y el “oír” en el cumplimiento de las mitzvot? ¿Por qué no mantener solamente la palabra y la voz como principal canal de comunicación entre D´s y el pueblo?

“Reé Anojí”, nos dice D´s, al que no podemos ver físicamente. Pero de este modo, la lectura nos enseña el verdadero sentido de la palabra “mirar” según el judaísmo, una religión que no se vanagloria de enormes monumentos para admirar con los ojos, si no de grandes momentos para apreciar en forma compartida.

Se nos advierte entonces, más adelante, de no seguir visiones vacías: la de aquellos profetas e interpretadores de sueños que dicen ver lo imposible, a los que los hombres acuden temerosos esperando que les cuenten su futuro, porque no se atreven a vivirlo. Y nuestra parashá respondería que también desde la Torá podemos imaginar y acertar sobre lo que nos sucederá: lo bueno, si somos receptivos con las leyes de la Torá, lo malo, si cerramos nuestros oídos.

 A quien sí podemos y tenemos ver es a nuestro prójimo. En esta parashá cuyo eje principal es el sentido de las mitzvot, la figura del Otro, de los más desfavorecidos, aparece en un lugar central. En dos párrafos se describe en forma exhaustiva de qué modo dirigirnos al hermano pobre, y a quien en la antigüedad cayera en situación servil. La Torá suele abundar en detalles cuando su intención es destacar un tema; en este caso, nos enseña cómo ayudarlos, y cómo compenetrarnos con amor en esa entrega.

Oír a D´s, aprender sus leyes para tener una vida íntegra, exitosa como humanos emprendedores que somos.

Mirar al otro, reconocerlo como par, para que nuestro día a día sea pleno; porque el éxito no es tal si no se comparte.

Será por eso que la lectura termina con la mitzvá de regocijarnos en nuestras festividades: momentos para conectar y agradecer a D´s, así como  para reunirnos y disfrutar en familia.

Shabat Shalom