Resumen Parashat Vaykrá

16 marzo, 2018

Vaikrá, llamado Levítico o Torat Cohanim (Ley de los Cohanim), es un libro que desde el mismo comienzo, en la primera parashá, nos convoca a mirar el contenido y la calidad de nuestra relación con el Creador, a través de nuestra relación con el entorno y con nuestro prójimo en especial. Sin dudas, el sistema que nos propone la tradición judía para acercarnos es el más directo y el más sencillo posible: hay que estar dispuesto a dar todo de uno, siempre. Algo que exige compromiso sin titubeos. La forma ritual para expresar esta idea, son “Los Korbanot” (los sacrificios), a través de los cuales la relación con mi prójimo y con el Eterno es confirmada y puesta en proceso de mejoramiento permanente. Ya enseñó el sabio judío Maimónides:“nuestras acciones están compuestas de tres elementos: pensamiento, habla y acción. Levítico – Vaikra 1:9 Dios nos encomienda a traer un sacrificio y poner nuestras manos sobre su cabeza (correspondiendo a la acción); también hay que confesar verbalmente las transgresiones (correspondiendo con nuestra habla); y posteriormente quemar diferentes partes del animal en el altar, esos órganos internos que son el lugar donde se generan los pensamientos y deseos (correspondiendo a los pensamientos); la sangre, el alma del animal, era salpicada sobre el altar. La persona al traer el “Korban” (sacrificio) debía de entender que en realidad es ella, quien debería de estar sobre el altar, que ha pecado contra su Creador con el cuerpo y con el alma; por ello ofrecer a un animal como sacrificio sin la vocación de cambiar algo en mi, pierde todo el sentido”. Sin dudas Maimónides nos indica que sin entrega, no hay sacrificio; que sin honestidad, el ritual mismo es inútil y que sin mejoramiento, no hay futuro. Los invito a que en este, nuestro tiempo, hagamos nuestra introspección como nos proponen aquellos sacrificios bíblicos poniendo todo de nosotros, sin autoengaños, con las ganas y la pasión que en miles de años edificamos, en el desafío de ser nosotros los constructores de un mundo mejor para legarle a nuestros hijos bajo el reino de Adonai.
Shabat Shalom u Mevoraj!
Rab. Daniel Dolinsky