Resumen Parashat Ki Tetzé

21 agosto, 2018

Parashat Ki Tetzé (Fragmentos)

Parashat Ki-Tetzé se caracteriza por la cantidad de Mitzvot que encontramos en esta sección: 74 de las 613 Mitzvot que aparecen descritas en la Torá son mencionadas en el texto que leemos esta semana.

El Rab. Gustavo Surazski comenta que Parashat Shoftim (que leimos la semana pasada) y Parashat Ki-Tetzé se complementaban perfectamente, siendo que las dos hablan de la justicia y buscan organizar a la sociedad. La diferencia radica en que en la primera sección el orden va desde arriba, desde el poder (jueces, guardines, reyes) mientras que en nuestra parashá, aparecen las obligaciones de cada individuo. El número 74 escrito en letras hebreas puede leerse como “ed”, que significa testigo. La forma que tenemos de atestiguar y hacer visible nuestra fe, es mediante el cumplimiento de mitzvot. Es importante que entendamos que es tarea de cada uno cumplir con la parte que nos toca. Así como nadie puede hablar por el testigo de un crimen, pues él es el que ha presenciado el hecho, nadie puede cumplir por nosotros las mitzvot y atestiguar sobre nuestra fe.

Una de las mitzvot enunciadas en esta parashá es la siguiente: “Si alguien encuentra en su camino algún nido de pájaros en un árbol o en el suelo, con polluelos o huevos, y la madre echada sobre ellos, no debe quedarse con la madre y los polluelos; debe quedarse sólo con los polluelos y dejar que la madre se vaya. Así será dichoso y tendrá una larga vida.” (Deut. 22:6-7)

Cuando era más chica, me daba mucha pena la madre, que se vería desolada sin sus hijos y pensaba que el sacar esos huevos o crías era un acto monstruoso. Entendí que lo que me decía este texto era “tené compasión”. Al ir creciendo me siguieron dando dando pena las aves, pero entendí que el ser humano las puede utilizar para alimentarse y saciar su hambre, lo que no estaría tan mal. La enseñanza que extraje en ese momento fue que había que cuidar a la naturaleza, que había que tenerle piedad a los animales y cuidar el ecosistema, porque si matábamos a hijos y madre, no habría más pájaros.

Hoy, lo que más me llama la atención, es que se enuncia una gran recompensa por el cumplimiento de esta mitzvá, que parece desmedida comparada con lo que se nos pide: seremos dichosos y se alargarán nuestros días simplemente por no llevarnos un ave. Parece demasiado simple, ¿verdad? Seguramente gran parte de los lectores de este comentario jamás se encuentre ante la situación de agarrar los huevos de un nido, por lo que nunca se nos presentará el dilema de dejar o no viva a la madre. Pero estoy segura de que la mitzvá nos llama a reflexionar sobre algo que va mucho más allá de los huevos, las aves o el ecosistema. Creo que en última instancia, el mensaje que se nos da es “El fin no justifica los medios”. Se nos permite quedarnos con las aves pequeñas o los huevos para alimentarnos, pero no se nos permite hacer cualquier cosa en pos de saciar nuestras necesidades. Seremos más dichosos y tendremos una vida más larga si comprendemos que nuestro accionar debe tener un límite y que debemos cuidar de lo que nos rodea.

Cada año que leamos un texto de la Tora, descubriremos nuevos secretos, aprenderemos cosas que antes no sabíamos y entenderemos los mensajes desde otra perspectiva. Si leemos a consciencia y con dedicación, podremos entender que la Tora nos habla a nosotros, a cada uno en particular en su momento particular.

Quiera D’s que podamos estudiar siempre y aprender cosas nuevas cada año, que ese estudio nos alegre y nos haga mejores personas.

Shabat Shalom

Karina Gringauz