Celebrar Pesaj

Celebrar Pesaj es transmitir una historia, un cuento, una narración. Poco importa el debate sobre la veracidad de los hechos, porque lo que se busca es generar un acto de transmisión, seguir recreando una tradición. Ésta es la historia de una emancipación: el relato de la libertad del pueblo hebreo, esclavo en Egipto. Tiene todos los elementos propios del género: malos y buenos, momentos de tristeza y de alegría, héroes y traidores, pero sobre todo una épica. La identidad de los pueblos se constituye a través de narraciones fundacionales y otros elementos folklóricos que van dejando su marca a lo largo de la historia, van haciendo huella. Como los pasos infinitos de los hebreos en el desierto. Como ese desierto abierto donde se van gestando los valores. Por eso el rito más importante de Pesaj es el volver a narrar la historia cada vez, a compartir la Hagadá, palabra que se traduce como narración, palabra que traduce el espíritu de la letra de Pesaj: volver a ser libre una vez más en la celebración de nuestras lecturas. La noche central de Pesaj la familia se reúne a cenar y se narra la Hagadá, el relato de la liberación del pueblo hebreo, recuperando su simbolismo, sus íconos y sus historias. La narración de la Hagadá supone un orden que va marcando cada una de las acciones. Este orden es lo que se conoce como el Seder de Pesaj. La diversidad de la cultura judía contemporánea ha resignificado bastante el Seder, de tal modo que se intenta siempre expresar las búsquedas identitarias de las diferentes formas de ser judío, pero tratando de respetar los pasos del orden de la cena. Tal vez mucho de la diversidad de juegue en esta idea de una noche donde todos hacemos lo mismo, pero cada uno de modo diferente.

¡Shabat Shalom! Pesaj Kasher VeSameaj