Januka

Durante las ocho noches de Januka es una mitzva establecida por los rabinos encender luminarias cada día en recuerdo al milagro del aceite y de la victoria de los pocos sobre los muchos, del pueblo judío liderado por los macabeos sobre los helenos. Cada noche, luego que se ponga el Sol, es el momento ideal de encender las luminarias, aunque las mismas pueden encenderse en cualquier momento de la noche. Se pueden encender velas de cera o bien luminarias de aceite, para honrar a la festividad se acostumbra a usar el mejor de los aceites o las mejores velas que uno disponga. De no disponer de velas o de encontrarse en un lugar en el cual no se pueda encender fuego, se pueden utilizar “velas” eléctricas en lugar de las tradicionales de cera o aceite para cumplir el mandamiento. Las luminarias deben estar encendidas por lo menos media hora después del anochecer. Se debe disponer la Janukia (candelabro) a una altura media donde todos los habitantes del hogar la puedan ver. La costumbre es colocar la Janukiá no hacia dentro del hogar sino hacia afuera, por tal motivo algunos la colocan al lado de la ventana que da al espacio público u otros lo hacen en la puerta de las casas en el lado opuesto de la mezuza.
Las Janukiot pueden tener diversas formas, lo más importante es que todas las velas (excepto el Shamash, la que enciende a las demás) estén a la misma altura y que cada una pueda ser distinguida de la otra. Cada día se debe aumentar la luz y por tal motivo el primer día encendemos una luminaria, el segundo dos y así sucesivamente. Si ponemos la Janukia en frente nuestro, el primer día debemos colocar la primera luminaria en el extremo derecho. El segundo día volvemos a poner una vela donde pusimos el primer día y una a su izquierda, será esta segunda la primera en ser encendida y luego la del día anterior. Esto se repite cada uno de los días de la festividad. Las velas se colocan de derecha a izquierda pero se encienden de izquierda a derecha. Con el fósforo o el encendedor se prende el Shamash, se recitan las bendiciones, y con esta vela ya prendida se encienden las otras cada una ya ubicada en su posición. Luego se ubica el shamash en su lugar para que arda junto a las demás. En Shabat primero se encienden las velas de Janucá y luego las de Shabat. Tanto hombres como mujeres del pueblo de Israel pueden realizar las bendiciones previas al encendido de las luminarias ya que todo el pueblo fue parte del milagro y la victoria de los macabeos.

Ceremonia de Januka:
Antes del encendido de las luminarias de cada noche se recita en voz alta la siguiente bendición:
Baruj ata Adonai Eloheinu Melej Haolam Asher Kideshanu Vemitzvotanu Leadlik Ner Shel Janucá.
Bendito eres tu, Di-s nuestro Señor Rey del universo, Quien nos ha santificado con Sus preceptos y nos ha ordenado encender las velas de Januka.

Baruj Ata Adonai Eloheinu Melej Haolam Sheasa Nisim LaAvoteinu (uLeImoteinu) Baiamim Hahem Bazman Haze.
Bendito eres Tú, Adonai, Di-s nuestro, Rey del Universo, Quien hizo milagros a nuestros antepasados, en aquellos días, en esta época.

Antes del encendido de la luminaria, solo la primer noche, se recita:
Baruj Ata Adonai Eloheinu Melej Haolam Shehejeianu Vekiemanu Vehiguianu Lazman Haze.
Bendito eres Tú, Adonai, Di-s nuestro, Rey del Universo, Quien nos otorgó vida, nos sustentó y nos hizo llegar hasta la presente ocasión.
Después del encendido de las luminarias se canta la siguiente declaración:
Hanerot Halalu Anu Madlikin Al Hanisim Veal Haniflaot Veal Hateshuot Veal Hamiljamot. Sheasita Laavoteinu, Baiamim Hahem, Bazman Haze. Al Iedei Kohaneja Hakedoshim, Vejol Shmonat Iemei Januca Hanerot Halalu Kodesh Hem Veein Lanu Reshut Lehishtamesh Bahem, Ela Lirotam Bilvad, Kedei Lehodot Ulehalel Leshimja Hagadol Al Niseja Veal Nifloteja Veal Ieshuateja.
Encendemos estas velas con motivo de las salvaciones, milagros y maravillas que has realizado para con nuestros antepasados en aquellos días en esta época, por intermedio de Tus Santos Sacerdotes. Estas luces son sagradas durante los ocho días de Janucá, y no nos es permitido emplearlas de ninguna manera sino solamente observarlas para agradecer y alabar Tu gran Nombre, por Tus milagros, maravillas y salvaciones.

Una costumbre extendida es terminar la ceremonia del encendido de las luminarias cantando este poema medieval.

Tajin Matbeaj Mitzar Hamnabeaj. Az Egmor Beshir Mizmor, Janucat Hamizbeaj. Ievanim Nikbetzu Alai, Azai Bimei Jashmanim. Ufartzu Jomot Migdalai, Vetimeu Kol Hashemanim. Uminotar Kankanim Naasa Nes Lashoshanim. Benei Vina Iemei Shmona Kaveu Shir Urenanim.
Fortaleza roca de salvación, a Tí es adecuado alabar. Establece la casa de mi plegaria, y allí un sacrificio de agradecimiento ofrendaremos. Para el momento que establezcas el degüello del opresor que ladra, Entonces completaré con una canción (salmo) la inauguración del altar. Griegos se reunieron contra mí, en los días de los Jashmonaim y derrumbaron las murallas de mis torres, e impurificaron todos los aceites; y de lo que quedó de las botellas se hizo un milagro a los “rosales” y los hijos entendedores, ocho días, establecieron cántico y alegrías.
Al finalizar la ceremonia nos saludamos
con el siguiente saludo tradicional: Jag Urim Sameaj