Hay ciertos momentos en la vida de una persona que son inolvidables. El ingreso a primer grado es uno de ellos. Un inicio repleto de grandes desafíos y muchísimas ganas de hacer cosas nuevas: escribir en el cuaderno la fecha, cómo está el clima, trabajar con los nombres y con los números, salir al recreo cuando toca el timbre, formarse para izar la bandera…
Todo representa una maravillosa aventura.